jueves, 27 de octubre de 2016

Reflexión clase 9

De la exposición del profesor Víctor Molina, me quedo con que gracias a la complejización de la especie humana es que tenemos una comunicación en base a signos con sintaxis y semántica. Por otro lado, nuestra sociedad genera estrechos lazos afectivos, ya que los bebés humanos nacen muy inmaduros y requieren del intensivo cuidado de sus padres. Esto, sumado a la herramienta del lenguaje que poseemos, nos permite generar relaciones de cooperación.
A partir de esto, sabemos que existe una realidad diversa en la especie humana, ya que todos tenemos múltiples capacidades, intereses y habilidades. Por lo tanto, para generar inclusión el foco debiera estar puesto en la diversidad y no en la discapacidad, ya que esta última es sólo una fuente de diversidad. El fin, tanto de la práctica educativa como de la evaluativa, debería ser el desarrollo de las diferencias que implica la diversidad. Para esto, se requieren profesores que utilicen un método transaccional de enseñanza, y que no se queden sólo en lo transmisivo.
Para lograr esto, el aprendizaje cooperativo resulta ser una buena opción, ya que nos permite aprender enseñando y generar una relación transaccional con el otro, en que ambos ganamos y aprendemos. La diversidad debe ser adaptativa y desenvolverse en el trabajo cooperativo, donde las diferencias pueden ser complementadas. Aquí, se produce una interdependencia positiva, ya que necesito al otro para aprender y lo genero a través de una interacción estimuladora. En esa interacción en que tengo que enseñar, tengo la oportunidad de apropiarme de lo que ya sé y realizar una meta cognición de mi conocimiento, tomando conciencia de mis propios procesos de aprendizaje.
Es así como en la actividad realizada en clase, en un principio estaba algo ofuscado porque estaba leyendo algo y no tenía idea en qué consistía, sentía que no estaba descontextualizado y no tenía sentido estar leyendo eso. Aun así intenté aprenderlo lo suficiente como para poder explicárselo al otro, así, en el momento en que nos tuvimos que reunir en grupos con compañeros que habían leído otras partes del texto, entendí hacia donde iba todo. Al escuchar a mi compañero hablar sobre la primera parte, mucho de lo que yo había leído cobro sentido y me di cuenta que no podría haberlo sabido sin ella, además, no tuve que leer tanto y sólo le puse atención a ella. Al final, entre los 3 que compartimos la lectura, logramos contextualizar el texto y entender a qué refería. Nos dimos cuenta que complementándonos el trabajo era más eficiente y cooperativo, pudiendo confiar en lo que el compañero sabía y teniendo la oportunidad de preguntarle. Además, a la hora de enseñar lo que yo sabía, pude aprenderlo un poco más y saber de lo que estaba hablando.

Al final, la actividad fue grata y agradecí poder compartir con mis compañeras y aprender el texto de manera más simple y dinámica. Además, intentemos cumplir con los roles que nos fueron entregados aunque por la extensión, no se dio mucho la oportunidad. Aun así, entendí el sentido de un grupo cooperativo y me di cuenta que el trabajo y comprensión de un texto se puede hacer más ligero y ameno de esta forma, además se generan lazos con las otras personas.   

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