De esto nos dió cuenta Javier Candia, quien tiene baja visión, y que nos relató su experiencia en la educación superior cursando Derecho y luego Periodismo. No es casual que Javier haya abandonado la carrera de Derecho, ya que tal como relató, las condiciones para que pudiese estar al ritmo del resto del curso no eran las mejores.
En este sentido, uno de los problemas que comentó guardaba relación con la incapacidad de mantenerse al día con los contenidos debido a que no podía acceder a ellos libremente, esto porque la única forma de acceder a los libros es a través de audios que se solicitan a la biblioteca y que tardaban días en estar listos.
Aquí se nos plantea un ejemplo de cómo la universidad no se hace totalmente responsable de sus alumnos por cupos especiales, ya que despliega respuestas y soluciones que no dan a basto a los problemas materiales de estos alumnos.
Probablemente la implementación de estas condiciones materiales sea tan amplia y variada como costosa en recursos; en este sentido un aspecto a considerar a la hora de pensar en una educación inclusiva debería ser también contar con las condiciones materiales para que se lleve a cabo. Esta necesidad debiese asegurada por el Estado a través, por ejemplo, de un fondo exclusivo para estos fines, y no a través de las condiciones de posibilidad particulares de cada institución, ya que como nos mostró Javier, estas pueden ser precarias e insuficientes.
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