martes, 25 de octubre de 2016

Reflexión 8° clase: DUA


El Diseño Universal de Aprendizaje pone en contraposición el entorno discapacitante y la persona discapacitada: ¿es la persona la que porta consigo un problema?  ¿O es el contexto el que no permite desarrollarse a todas las personas por igual? Podríamos decir que en nuestra escena educativa, es la relación entre ambos (persona y sistema) la que no calza para que sea un proceso exitoso o en última instancia eficaz en su objetivo de permitir a los sujetos el desarrollo de habilidades.

El DUA, aparte de proponer métodos de aprendizaje para todos contemplando sus diferencias evidentes, los propone también para TODOS en el sentido del intento inclusivo. Así, se entiende el contenido del aprendizaje solo como un medio para el proceso del aprendizaje en si, o sea que cada sujeto sin importar lo que entienda de lo que se le está enseñando, desarrolle ciertas habilidades que van a la base de la actividad. 

De esta manera fue que comprendimos el caso del niño ciego en España, que gracias a su ingenio (y no sin poco esfuerzo adicional en comparación con sus compañeros videntes) logró cumplir con  los objetivos que suponemos pretendía la actividad: la capacidad de observación, la de análisis y tal vez habilidades para la redacción. 

Luego del ejercicio que hicimos en clase, pudimos comprender también que casi naturalmente cada uno de los sujetos sometidos a alguna actividad con fines educativos se desenvuelve de la manera que le acomoda. Así en los grupos que conformamos observamos que algunos mostraron facilidades en la creación de la historia del personaje, otros en la confección plástica de material, otros como directivos de los demás, etc.

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