martes, 29 de noviembre de 2016

Reflexión clase 13



En la escuela se vuelven esenciales metodologías y prácticas que permitan la participación de los niños de maneras distintas a las actuales. Este proceso sucede en gran parte por la agencia de los profesores, ya que son ellos quienes deciden si cederle participación a los niños o no. De hecho, el máximo grado de participación sería cuando la voz de los niños y profesores tiene el mismo nivel de valoración e importancia en la toma de decisiones.
Pudimos ver en uno de los estudios mostrados en clase que a veces lo que quieren los niños dista de lo que los profesionales les proveen. Por ejemplo, algunos de ellos pensaban que había que adaptar los objetivos a los niños, mientras que los niños decían que se deberían cambiar las metodologías para llegar a los objetivos comunes, ya que veían esto como un desafío. También, los profesionales decían que los apoyos debían ser entregados en aulas especiales, mientras que los estudiantes decían que debía ser en el aula común.
Por cosas como estas los niños dicen que existe un trato injusto, que no todos son tratados de manera igual y que las relaciones no son simétricas y cooperativas entre pares y con los profesores. Por eso, es necesario generar apoyos universales, que permitan a los niños colaborar y ayudarse unos a otros. Como hemos visto, las actividades que más permiten estos son las de construcción, donde entre pares generan instancias que implican cooperación y que permitan relaciones de reciprocidad en que unos se apoyan con otros, provocando relaciones de enseñanza-aprendizaje entre ellos.
En clase también se nos habló del enfoque narrativo visual, con técnicas como la foto elicitación, que permitían generar discurso a partir de una imagen sobre temas de interés. Esta podría ser una instancia cooperativa si las experiencias de cada uno con respecto a la imagen se complementan y esto les permite compartir, por lo menos, así lo fue para mí cuando realizamos esta actividad en clase. Aun así, sentí que lo que se podía producir en torno a la imagen tenía un límite en que ya no se sabía que decir y perdía un poco el sentido, en general resultaba bastante productivo para empezar el dialogo y generar que se compartieran experiencias y sensaciones.
Luego, en la clase expuso Ambar y nos mostró su trabajo con estudiantes con discapacidad visual. Esta presentación hizo explicitas las necesidades de apoyo que tenían estos en torno a distintos ámbitos, como la movilidad; con respecto al curriculum; a los espacios y equipamientos; el apoyo en las clases y desde los profesores; en cuanto a las evaluaciones, a la cultura; el acceso a los recursos; las políticas etc… Cosas como esta y sumado a lo anterior, nos muestran lo poco que se escucha a los estudiantes y sus necesidades, siendo que el sistema educativo está supuestamente centrado en la enseñanza y el aprendizaje, procesos hacia y desde el estudiante, pero aun así no se escuchan sus voces y no se les entrega lo que ellos creen necesitar.
En definitiva, me gustaría reiterar la idea de que las voces de los estudiantes son poco escuchadas en un sistema que es para ellos. Por un lado esto me causa mucha molestia, y parece ser tan simple y lógico a esta altura, pero aun así priman cosas como el rendir cuentas, el lucro, la mediocridad y las jerarquías.  Se deberían insistir en la búsqueda de metodologías cooperativas, siendo los docentes facilitadores y no impositores… permitiendo aprendizajes reales que surjan desde los estudiantes y entre ellos. Además, dándoles las facilidades y herramientas que ellos requieran, incluso bajo la lógica de que debe haber objetivos comunes, pero que todos tengan la posibilidad de alcanzarlos, independiente de su edad, género, raza, discapacidad, clase o lo que sea.

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