Murillo, F.J. (2003). El Movimiento teórico-práctico de
Mejora de la Escuela. Algunas lecciones aprendidas para transformar los centros
docentes. REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad,
Eficacia y Cambio en Educación, 1(2).
Síntesis y Principales
conclusiones:
En los años sesenta nace el
movimiento teórico práctico “Mejora de la Escuela” (School Improvement) con la
idea de que la escuela debe ser el principal centro de cambio, siendo liderado
por la propia escuela y centrándose en la cultura de esta para cambiar su
educación.
Hay múltiples definiciones
propuestas para el concepto de Mejora de la Escuela, uno planteado por el “Proyecto
Internacional para la Mejora de Escuela” (ISIP) dice que: es un esfuerzo para
cambiar las condiciones internas de las escuelas y de aprendizaje, para
alcanzar las metas educativas de manera eficaz. Entonces, la escuela es el
centro de cambio; el cambio es un proceso que dura varios años y debe ser
planificado; el cambio se basa en condiciones internas de la escuela; busca
lograr las metas educativas de manera más eficaz; requiere una perspectiva
multi-nivel; utiliza distintas estrategias integradas; tiene tendencia hacia la
institucionalización y participación de profesores. Los autores también agregan
que mejora de la escuela es la capacidad de la escuela para incrementar, al mismo
tiempo, el desarrollo de la comunidad escolar y el aprendizaje de los alumnos.
En un comienzo en este movimiento había un
optimismo pedagógico, pensando incluso que la escuela podía jugar un rol en la
redistribución social si estaban las condiciones adecuadas. El error de esta
época fue pensar que se podía generar el cambio mediante presiones externas a
los centros educativos. De aquí surge el énfasis en el centro docente.
Luego, aparecen los primeros
programas de mejora de la escuela y surge el lema “la escuela debe ser el
centro del cambio”. Se da importancia a la organización y los procesos
culturales; los resultados escolares pasan a ser una problemática; se empieza a
investigar de manera cualitativa; se ve a la escuela como institución dinámica;
y, se pone el foco en la cultura escolar, más que en su estructura. Algunos
estudios develan la importancia de formar al profesorado, existiendo apoyo de
agentes de cambio externos; además, se recogen ideas de otros proyectos, se
realiza seguimiento y los profesores participan en la toma de decisiones.
También se pasan a considerar los factores contextuales.
Después, comienza una fase llamada
“la gestión del cambio”, donde investigadores y prácticos se complementan más y
comienzan a surgir nuevas políticas en los países que dan más autonomía a los
centros docentes. En esta fase surgen varios de los programas que han sido más
exitosos en este movimiento. Por ejemplo, el proyecto IQEA deja algunos acápites:
el centro docente no mejora si los profesores no evolucionan; los centros
docentes deben fomentar la participación de la comunidad escolar; existe una
visión clara y un liderazgo distribuido; coordinar actividades para la
participación de la comunidad; el centro promueve reflexión y cuestionamiento; y,
es necesaria una buena planificación. Stoll et al. (1997) dice que los
programas exitosos: tienen como criterios clave del éxito los resultados de los
alumnos en lo académico y social; utilizan datos cualitativos y cuantitativos
para evaluarse; se presta atención al nivel del aula y al escolar; se estimula
el desarrollo de múltiples formas y en múltiples niveles; y, hay un comunidad
educativa comprometida.
Por otro lado, Hopkins elabora
dos interesantes modelos. El primero, considera tres dimensiones: “los hechos”,
son aquellos procesos de cambio que no
son susceptibles de modificación en el corto plazo. La dimensión “estratégica” como la secuencia
de acciones llevadas cabo por los
profesores para dar respuesta a las prioridades identificadas sobre el
currículo o la organización. Y, la “capacidad de construir” que refiere a las
condiciones y recursos. Además, este programa pone énfasis en la cultura
escolar diciendo que esta debe ser colaborativa, con altas expectativas para
alumnos y profesores, tiene un consenso en los valores, entorno ordenado y
seguro, y liderazgo distribuido. El otro modelo de Hopkins interrelaciona los
componentes del anterior y pone énfasis en las políticas nacionales.
En esta época se han aprendido algunos
elementos que caracterizan a los mejores programas: tener una visión compartida
del futuro de la escuela; asumir un liderazgo extendido y distribuido; ajustarse
al contexto; centrarse en los logros de los alumnos; y, tener un enfoque
multinivel.
Otra época sería la de la “mejora
de la eficacia escolar” (ESI), donde el movimiento de la mejora de la escuela y
el de la eficacia escolar, se proyectan para trabajar juntos. Este movimiento
pretende estudiar los procesos que pueden incrementar el desarrollo de alumnos
optimizando procesos de enseñanza-aprendizaje y estructurales de los centros. Tiene
un objetivo práctica de ayudar a los centros y aplicar lo estudiado. Considera
a los docentes, al currículo y condiciones externas e internas a la escuela o
centro.
Surge un modelo llamado “Capacity
for change an adaptation of school in the case of ESI”, que resulta ser un
marco comprensivo de este movimiento. Este marco muestra como el proceso de
cambio se condiciona por el educativo de cada país. Además, hay 3 conceptos
importantes: cultura de mejora, el cual refiere a la cultura escolar donde se
desenvuelven todos los procesos; procesos de mejora, que refiere a los procesos
requeridos para planificar, ejecutar y evaluar la gestión del cambio; y,
resultados de mejora, que son los resultados que el centro debe conseguir para
mejorar el rendimiento de los alumnos académica, social y afectivamente.
El proceso de cambio escolar
requiere tres fases: Iniciación, donde se busca implicar y comprometer a la
comunidad, así como planificar el proceso. Para que sea exitosa es importante
que se tenga una idea clara del cambio a realizar. Desarrollo: aquí influyen
todas las características el cambio, así como lo interno y externo a las
escuelas. Posee las fases de pre-implementación, implementación y evaluación.
Institucionalización: fase en que el cambio se integra a la cultura, práctica y
cotidiano escolar.
Por otro lado, existen
estrategias de mejora más útiles, los autores recomiendan seguir una combinación
de estrategias de forma simultánea. Algunas estrategias utilizadas son:
autoevaluación institucional; desarrollo profesional de los docentes;
investigación sobre el currículo; y, investigación-acción.
Algunos factores clave para la
mejora de la escuela son: La escuela como centro del cambio, el cambio centrado
en la escuela, que la motivación surja de la propia escuela. El cambio debe plantearse
en todos los niveles y mediante una estrategia múltiple. El cambio depende del
profesorado y de cómo estos integren las lógicas en su actuar, modificando la
cultura escolar. Deben haber saberes y sentires compartidos, como que todos
sepan hacia donde se va, que todos quieran tener éxito, que exista una idea de
mejora continua, que todos estén dispuestos a aprender, que se fomente la
innovación, que sea colaborativo y que hayan relaciones de calidad y
satisfactorias. Además, la dirección juega un papel importante, esta debe saber
delegar responsabilidades, debe fomentar la participación, debe ser pedagógica
en su liderar y debe estar orientada al cambio. También, la escuela debe verse
como una comunidad de aprendizaje, algunos elementos para esto son: visión y
misión de la escuela claras; cultura escolar colaborativa; estructura escolar
con autoridad distribuida; estrategias escolares múltiples y multinivel; y,
buen uso de políticas y recursos. Por último, es necesario cambiar la forma de
enseñar y aprender, centrándose en habilidades de orden superior (aprender a conocer,
aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser); utilizando una amplia
variedad de metodologías, técnicas, estrategias y procedimientos de evaluación;
preocupándose por la autoestima de los alumnos; y, teniendo altas expectativas
de los alumnos.
Las conclusiones de los autores
apuntan hacia que hace falta un documento o teoría que agrupe todos estos
saberes del movimiento de mejora de la escuela, habiendo una teoría del cambio
escolar. Además, mantienen la esperanza en el cambio de la educación y dicen
que una de las mejores formas es la transformación de los centros educativos y
para esto es esencial poner énfasis en la cultura escolar.
Breve comentario personal
El movimiento de mejora de la
escuela se presenta como una alternativa esperanzadora para el cambio en la
educación. Aun así, presenta serias limitantes dependiendo del contexto en que
este inserto y, quizás, el contexto nacional sea desfavorable para su
aplicación. A excepción de ciertos centros privilegiados, la mayoría está
fuertemente supeditado a la lógica estatal, o a fines lucrativos que sólo
quieren rendir y que dan escaso espacio de acción a los profesores. La
posibilidad del cambio desde los centros y su cultura es una gran opción para generar
espacios donde se vivencie la educación y la vida misma de una forma diferente,
participativa, en constante aprendizaje y comprometida desde la comunidad que
la elige, pero lamentablemente los centros parecen ser un pequeño grano de
arena frente a esta gran masa que es el sistema educativo entero. Esperemos que
en los próximos años haya más independencia de acción para los centros
educativos y que cada vez más tomen la opción de elegir posturas como la de
mejora en la escuela, permitiendo que educadores y educandos puedan elegir y
discutir sobre cómo vivir la educación.
Citas textuales
“De esta forma, en los últimos años de la década de los sesenta
nació el movimiento teórico-práctico de Mejora de la Escuela (School
Improvement) con la idea fuerza de que “la escuela debe ser el centro del
cambio”, con su doble visión: el cambio debe ser liderado por la propia escuela
y hay que centrarse en la cultura de la escuela para lograr cambiar la
educación (Hargreaves et al., 1998). Así, más que despreciar la importancia del aula y del
conjunto del sistema educativo para la transformación de la educación, surge la
idea de la escuela como unidad básica del cambio, unidad que contempla y recoge
los otros niveles.” P.1.
“El movimiento de Mejora de la Eficacia
Escolar pretende conocer cómo puede una escuela llevar a cabo procesos
satisfactorios de cambio que incrementen el desarrollo de todos los alumnos
mediante la optimización de los procesos de enseñanza y aprendizaje y de las
estructuras organizativas del centro, y aplicar ese conocimiento a una mejora
real de la escuela. Este enfoque muestra, por tanto, "dónde ir y cómo
ir", y su objetivo es eminentemente práctico: ayudar a los centros
docentes a cambiar para conseguir sus objetivos educativos de forma más eficaz.”
P.12.
“Con todo ello, quizá, la lección más importante que podemos
recoger de este movimiento, de los miles de esfuerzos de cambio y de
investigaciones realizadas, es que es posible cambiar la educación y que una de
las estrategias más eficaces para conseguirlo es mediante la transformación de
los centros. Una transformación que se ocupe de la organización y el currículo
pero, sobre todo, que se centre en la cultura de la propia escuela. Y es que un
centro cambiará realmente si y solo si cambia su cultura.” P.21.
No hay comentarios:
Publicar un comentario