domingo, 11 de diciembre de 2016

Breve propuesta para encaminar una educación intercultural.

En la presentación nos recomendaron hacer algo más propositivo y no tan sólo crítico, por lo tanto, intentaremos hacer una propuesta, aunque muy breve, con respecto a como fomentar una mejor educación intercultural.

Para lo anteior, sin duda habría que seguir ciertos principios que subyacen a cualquier educación inclusiva, como lo son la equidad y la aceptación de la diversidad. La equidad refiere a tratar de manera distinta aquello que es desigual desde un comienzo, es decir, dar facilidades diversas que permitan a los estudiantes alcanzar las oportunidades y aprendizajes comunes, según las características propias de cada individuo. Por otro lado, la atención a la diversidad refiere a utilizar la diferencia como herramienta para generar una educación más rica y variada, atendiendo a las diferencias culturales, sociales, físicas y psicológicas de los estudiantes.

En este sentido, creemos que el movimiento de la mejora de la escuela abarca estos aspectos con consejos prácticos que pueden ser aplicados por las escuelas para lograr una educación inclusiva e intercultural.

En principio, se requieren comunidades educativas fuertemente participativas, donde tanto estudiantes como profesores sean actores dentro de la institución y no sólo receptores pasivos de las políticas estatales o de las decisiones de la administración. Es esencial, sobre todo en un contexto bastante jerárquico y autoritario como el de las escuelas chilenas, el que se de voz a profesores y estudiantes, ya que son ellos los que realizan los procesos de enseñanza-aprendizaje.

A partir de lo anterior, aprendizajes referentes no sólo a lo académico sino también a lo social, cultural y afectivo son esenciales, ya que en muchas de estas áreas destacan las sabidurías provenientes de distintas cultural indígenas o de otros países, que se relacionan dentro de las escuelas, pero que son subordinadas al enfoque monocultural, por el cual se imparten clases con una mirada netamente occidental y referente a la patria chilena, dejando de lado otras expresiones culturales y folklóricas.

Por esto, surge la necesidad de que los centros educativos interculturales se centren en aprendizajes de orden superior, como el aprender a vivir juntos, permitiéndo que las distintas culturas,  nacionalidades, discapacidades y etnias se relacionen y se enrriquezcan entre ellas.

Todo lo anterior será posible si los centros educacionales se permiten tener profesores con un conocimiento acabado de las diversidades que esten en la escuela, incluso siendo parte de alguna etnia, por ejemplo, que este en la escuela. Además, conéctandose con la comunidad circundante al centro, la cual tendrá tradiciones y valores que deben ser integrados por este, de tal manera que se puedan relacionar de forma armónica con el entorno.

Los estudiantes deben ser los primeros en participar en el curriculo y en las formas en las que se les enseña, exigiendo que estas se adapten a sus capacidades y que esten de acuerdo a sus intereses y procedencia. Para lo anterior, serán necesario docentes comprometidos, que desde su posición den voz a los estudiantes y esten dispuestos a adaptar sus metodologías a ellos. 

En este punto, lo que nos gustaría sugerir principalmente es el énfasis en los docentes, es decir, que sean estos a quienes se dirijan posible intervenciones para fomentar la educación intercultural, ya que solo a través de ellos es posible lograr que es sea inclusiva y diversa. Por lo tanto, los profesores deberán tener una basta formación, contando con múltiples estrategias y metodologías que les permitan abordar la diversidad que posean los establecimientos educativos. Además, sería importante que estos cuenten con instancias de reunión y reflexión sobre el trabajo que están llevando a cabo y que a partir de esto tengan la capacidad para modificar sus prácticas y las de la escuela.

El fin último de intervenir a los profesores, es generar un cambio en la cultura escolar, que permita que las escuelas sean participativas y democráticas, fomentando el empoderamiento de los miembros de su comunidad y, por tanto, provocando que los intereses de todos sean tomados en cuenta y llevados a cabo, logrando así, idealmente, una educación más inclusiva y atenta a diversidad cultural.

Entonces, para concluir queremos declarar que el foco de nuestra propuesta estaría en los profesores, ya que son ellos los principales agentes movilizadores en las escuelas y, por tanto, a partir de ellos debe surgir el interés por cambiar la educación y hacerla realmente  intercultural.

En nuestro país, vemos algunas trabas para esto y tienen que ver principalmente con el racismo que existe y la discriminación que es replicada a veces por los mismos profesores, gracia a su desinformación e intolerancia. Por esto, creemos que en Chile es esencial entregar formación y estrategias a los docentes, sobretodo de colegios públicos, donde suelen haber más inmigrantes por ejemplo, ya que de esta manera podrán poner en práctica una educación intercultural, transmitiéndole el respeto y la aceptación de la diferencia a los estudiantes.

Referencias:

Blanco, R (2006). La equidad y la inclusión social: uno de los desafíos de la educación y la escuela de hoy. Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación. Vol. 4, No. 3. 1-15.

Murillo, F.J. (2003) El Movimiento teórico-práctico de Mejora de la Escuela. Algunas lecciones, aprendidas para transformar los centros docentes. REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación. 1(2).

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